Los estudiantes de la Universidad de Buenos Aires con dificultades auditivas podrán acceder a las explicaciones de los profesores a través de traducciones en tiempo real, gracias a un programa especialmente pensado para favorecer la accesibilidad, informó el rectorado de esa casa de altos estudios.
Desde la incorporación de nueva tecnología hasta el cambio de un simple hábito en el aula pueden allanar el acceso de muchos estudiantes a las clases, afirmaron desde el Programa Discapacidad y Universidad de la UBA.
"Para los que tienen discapacidad auditiva, habrá un espacio dotado con tecnología e intérpretes en lenguas de señas con formación académica, que posibilitará la transmisión en tiempo real de lo explicado en las clases", dijo a Télam Susana Underwood, coordinadora del programa.
Además, se ofrecerán "audio-descripciones" para los estudiantes con problemas visuales que asistan a las proyecciones de videos y películas que se utilizan como material de enseñanza; y la "subtitulación" del material didáctico para los que tienen limitaciones auditivas, entre otras estrategias pensadas para allanar dificultades motrices o de aprendizaje, informó Underwood.

Además, se prevé la instalación en el aula "de aros magnéticos rodeando el perímetro de las salas. Se trata de amplificadores que permiten una transmisión del sonido sin los efectos adversos de la distancia o el ruido de fondo para quienes utilizan audífonos o implantes cocleares", añadió. "Como docente, pienso en la sensación de fracaso que podremos evitarles a nuestros alumnos, cuando a la hora de acceder a la lecto comprensión tienen alguna barrera que se los obstaculiza", concluyó la coordinadora, quien defendió la idea de "incluirlos a todos en una educación universitaria de calidad".
Según el Censo 2011 de la UBA -y sus actualizaciones de 2012 y 2013- 2.498 estudiantes de grado declararon tener alguna discapacidad. De ese total, 210 dijeron tener discapacidad visual; 356 apuntaron dificultades auditivas, 44, limitaciones para hablar; 659, para usar miembros superiores o inferiores; 91, acusaron alguna combinación; y 1.173 estudiantes refirieron otras no especificadas. "La pregunta sobre discapacidad no era obligatoria, por lo que no necesariamente refleja la cantidad de personas con discapacidad que estudian en la UBA. De todas maneras, esa medición nos permitió tener la aproximación", aseguró Gustavo Galli, a cargo de la Secretaría de Extensión de la UBA y Bienestar Estudiantil, de cuya área depende el programa.

En línea con la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, sancionada por la ONU en 2006, "el programa se orienta a la eliminación de las barreras que impiden el ejercicio de los derechos", según sus postulados. Si bien hay estudiantes que atraviesan la carrera universitaria sin necesidad de apoyo y desarrollan estrategias propias que les permiten compensar sus limitaciones, "la UBA busca desde hace 13 años garantizar la accesibilidad de la educación", informaron desde el programa.
Claudio Morgado y Verónica Perelli, del Programa de Discapacidad del CBC (PRODISUBA), participaron de la elaboración del programa, que cuenta además con representantes de las 13 unidades académicas, y de áreas dependientes del rectorado (Becas, Orientación al Estudiante, y Deportes Universitarios). Además del CBC, del Programa UBA XXI, y de la Escuela Superior de Comercio "Carlos Pellegrini", de obra sociales, y de gremios docentes y no docentes de la Universidad.